Lástima: la gallina de los huevos de oro.
Estamos muy familiarizados con imágenes de hambre, muerte, enfermedades y guerra. Todas estas situaciones nos conmueven y nos hacen sentir privilegiados al tener mucho más de lo que necesitamos. Es en ese momento en que aparece el sentimiento de culpa.
Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar sobre cómo algunas organizaciones hacen negocio con nuestra lástima?
¿Qué es la lástima?
Es un sentimiento producido al empatizar con alguien o algo a quien reconoces como cercano.
En los últimos 100 años, organizaciones internacionales han creado campañas para llamar a la conciencia de los seres humanos. Estas estrategias han sido llevadas a cabo a través de la lástima.
Cualquier sociedad rica o pobre es blanco de mensajes como: «Apadrina un niño», «Todos por Haiti», «Hoy podrá comer gracias a tu ayuda», «Africa: Derecho a tener derechos».
Estas campañas son acompañadas por fotos de niños desnutridos, enfermos, que miran a la cámara con una expresión de esperanza. Todas las imágenes deben tener tres cosas: Niños/as, ojos mirando fijamente, situación ajena a tu realidad. Las lagrimas siempre son bienvenidas.
Si llevamos más de un siglo dando dinero y ayudando a erradicar la pobreza, el hambre y las enfermedades en los países pobres, ¿por qué seguimos igual? ¿a dónde ha ido a parar todo ese dinero? ¿Si en vez de haberles dado comida, les hubiéramos enseñado a sembrar, las cosas no serían diferentes?
La Fundación Budhi desde que comenzó su proyecto Beamazon con comunidades indígenas en el Amazonas, tuvo claro, y lo sigue manteniendo, que no traficará con el dolor de los seres humanos.
Creemos firmemente que tenemos que cambiar la forma de ayudar ( si quieres que el resultado de tus actos sea diferente no hagas siempre lo mismo).Por ello, nuestra meta principal en las comunidades indígenas es generar un cambio en la educación y las conciencias para que puedan ser autosuficientes.
Para llegar a la España actual, la sociedad tuvo que experimentar grandes cambios en los que intervinieron en gran medida los estudiantes y aquellas personas que no se conformaban con lo que les daban ni se resignaban a pensar lo que supuestamente tenían que pensar.
Si fue así, ¿por qué no ponemos como base imprescindible la educación?
Con esto no queremos decir que hay que enseñar como pensar, si no a PENSAR por si mismos.
Un cambio de conciencia no debe apelar a los sentimientos, si no a la mente, al intelecto, a la sabiduría.
Posiblemente si hubiéramos optado por hacer campañas de marketing agresivas sobre la desnutrición que presentan algunos niños en comunidades indígenas o afrodescendientes, tendríamos recolectado cientos de miles de euros para las arcas de la Fundación, pero no podemos seguir contribuyendo al lavado de conciencia y a la doble moral que muchos tienen, quieren y necesitan.
Nuestras misiones de voluntariado no consisten en ir a salvar a los indígenas porque somos blancos y venimos de países industrializados. Eso es contribuir a la gran estafa del siglo XXI.
En el Amazonas nadie necesita ser salvado, lo que necesitan son herramientas para salvarse.
El programa Beamazon, lleva educadores infantiles, formación para adultos en técnicas de bioconstrucción y reciclado para que ellos crezcan como civilización sin depender del dinero o de ayudas de ningún estado.
Nuestras misiones llevan como objetivo el despertar de conciencia, el cambio de paradigma, la destrucción de limitantes y creencias sociales que han contribuido por siglos al adormecimiento de las voluntades en los seres humanos.
Claro que vemos y apreciamos la labor de las organizaciones no gubernamentales. Se han hecho muchísimas cosas por los países pobres.
Cientos de miles de personas han sobrevivido gracias a esas ayudas, pero nosotros creemos que no se merecen sobrevivir si no VIVIR.
Nosotros no le tomamos fotos a niños llorando o enfermos, tampoco a personas hambrientas, pensamos que eso no se terminará si sigue siendo la mejor herramienta para conseguir dinero.
Por nuestra parte confiamos en que las sociedades más desarrolladas crean en los cambios a través del esfuerzo, los conocimientos y la ilusión, y además comprendan la necesidad de dejar de sentir lastima hacia el otro.
La Fundación Budhi te ofrece la posibilidad de que seas voluntario de un proyecto que cambiará la conciencia planetaria. No trabajamos por dar pan para hoy y hambre para mañana.
Está comprobado que para lograr cambios sociales es necesario conseguir actos que duren 4 generaciones (abuelos, padres, hijos, nietos) y lo que se haya sembrado se recogerá a partir de la 4ª generación. Participa en un proyecto de 400 años de duración.
Si realmente quieres servir al planeta, decide si quieres seguir contribuyendo a alimentar la lástima del mundo o ser el protagonista del nuevo despertar de conciencia humano que se aproxima.
Como toda entidad sin ánimo de lucro, claro que necesitamos donaciones para seguir manteniendo nuestra infraestructura, pero nunca pediremos dinero por generar lástima hacia las personas a quienes servimos y ayudamos en el Amazonas.
Si quieres hacer una donación que sea porque estás convencida/o de que nuestros proyectos contribuyen al autogobierno, al crecimiento interior humano, a la liberación de los miedos y destrucción de limitantes mentales.
Sirve, trabaja y ayuda a personas que no conoces, ni conocerás. Los hijos de tus nietos te estarán eternamente agradecidos.
Este es el verdadero espíritu de DAR por amor.
NO A LA LASTIMA.
SI AL DESPERTAR DE CONCIENCIA DESDE LA SABIDURÍA.