Queridos amigos y colaboradores de la Fundación Budhi,

Es con un corazón pesado y lleno de tristeza que me dirijo a ustedes hoy. Esta semana me enteré de una noticia que me dejó en shock: la partida de una de nuestras más queridas colaboradoras, Yanet, quien falleció hace dos meses. Jamás imaginé que una mujer tan fuerte, tanto física como mental y espiritualmente, pudiera dejarnos tan repentinamente.

Conocí a Yanet en 2014, gracias a una recomendación de alguien que sabía muchísimo sobre la realización de talleres en arcilla. Desde el primer momento, supe que era la persona indicada para nuestras misiones en el Amazonas. Aunque su voz no era joven, su alma sí lo era, y tenía una energía desbordante, mayor que la de cualquiera de los voluntarios que nos acompañaban.

Yanet era una mujer de sueños, una visionaria incansable que jamás perdió la esperanza de encontrar un legendario oro perdido del que su familia le había hablado. Pero más allá de sus sueños, su verdadero legado fue su servicio a las comunidades indígenas, enseñándoles a identificar, extraer y trabajar la arcilla para crear tejas, ladrillos, baldosas y sanitarios secos.

Recuerdo con admiración la primera vez que la escuché hablar en Bogotá. Ya llevaba seis meses investigando cómo reproducir un molde que había adquirido para la instalación de sanitarios secos, específicamente un separador de líquidos y sólidos, usando arcilla cocida. No solo encontró la forma de vitrificar la arcilla, sino que lo hizo con una pasión y dedicación que solo alguien profundamente conectado con su misión de vida podría tener.

Yanet demostró un compromiso inquebrantable con la Fundación Budhi y con las comunidades a las que servimos. Su habilidad para identificar el tipo de arcilla solo probándola con su boca era única y asombrosa. Su conocimiento práctico y su enfoque innovador contribuyeron significativamente a nuestra misión de mejorar la calidad de vida en las comunidades indígenas mediante soluciones sostenibles.

Hoy, tanto la Fundación Budhi como las comunidades indígenas que se beneficiaron de sus enseñanzas lloran su partida. Como director del programa Beamazon, me siento abrumado por una terrible impotencia al saber que toda esa sabiduría que Yanet acumuló a lo largo de los años se ha ido con ella. La pandemia nos frenó en nuestras misiones proyectadas para 2020, 2021 y 2022, y con ello, perdimos la oportunidad de aprender más de ella.

En la Fundación Budhi, creemos firmemente en la importancia de la educación y el empoderamiento de las comunidades indígenas. Yanet personificó estos valores, siempre dispuesta a compartir su vasto conocimiento y habilidades con aquellos que más lo necesitaban. Su legado vivirá en cada pieza de arcilla trabajada, en cada ladrillo cocido y en cada sonrisa de gratitud de las comunidades a las que ayudó.

Quiero expresar, en nombre de la Fundación Budhi, nuestro profundo amor y admiración a la familia de Yanet por su pérdida. No solo ellos han perdido a una gran persona, sino que todos nosotros nos hemos quedado huérfanos de una gran maestra en el arte de la arcilla.

Gracias, gracias, gracias Yanet. Donde quiera que estés, estoy seguro que estarás poniendo sobrenombres a todos con los que te encuentras llenos de creatividad y humor, sólo como tú sabes hacerlo.

Tu legado vivirá siempre en los corazones y en las manos de aquellos a quienes inspiraste y enseñaste.

Con profundo respeto y gratitud,

Héctor Puche

Presidente, Fundación Budhi